El paisaje es el marco tradicional donde centrar el estudio de la Geografía y por tanto del procedimiento de la observación. Hay que reconocer que no existe una metodología que de forma concluyente permita resolver cuantas necesidades plantea el estudio del paisaje, teniendo en cuenta su diversidad y complejidad.
La planificación de una práctica de observación y lectura del paisaje necesita precisar unos objetivos, concretar un área de observación, y basarse tanto en la observación directa (trabajo de campo) como en la indirecta (fotografías, documentales, diapositivas, etc.)
A) Requisitos previos
a) El primer paso en la planificación de una práctica de observación consiste en establecer los límites del paisaje a observar, es decir, determinar el encuadre, la fijación de unos límites en los que centrar las observaciones y que ayuden a evitar disgresiones. La escala de nuestro límite se refiere su marco, puesto que si elegimos un paisaje amplio puede ser confuso para los alumnos, mientras que si elegimos un marco reducido podemos concretar más elementos y de forma más clara.
b) Otro requisito elemental es el punto de observación. De la elección de la altura de la imagen, su orientación, o el ángulo dependen gran parte de las observaciones. Desde puntos más elevados se abarca más extensión del territorio.
B) Identificar los elementos paisajísticos concretos y perceptibles mediante una primera lectura de carácter formal
La atención selectiva se traduce en percepción selectiva del paisaje a través de las características fundamentales de los elementos (los colores, las líneas, las formas, volúmenes, hitos dominantes, texturas, situación, dirección, orientación, número, dimensión, densidad, frecuencia y dominancia)
a) Una primera mirada permite apreciar los colores, la dominancia de un color o la alternancia de distintos colores, lo que ya puede predefinir las características del paisaje (el blanco será típico de paisajes helados, el verde en los agrícolas, los ocres en los áridos, etc.). El color es el elemento de más variabilidad, los colores del paisaje no son fijos y cambian según la luz, la hora del día, la estación del año, el tipo de tierra etc.
b) Otro elemento de la observación se centra en la consideración de las líneas del paisaje (rectas, curvas, oblicuas, en zigzag). Algunas líneas se presentan más definidas, son las líneas dominantes y suelen confluir en los puntos fuertes.
c) Las formas y los volúmenes dominantes determinan también características del paisaje.
d) En el análisis de elementos antrópicos debe considerarse que a lo largo de la historia, la Humanidad ha mantenido una intensa interacción con el medio.
e) La realización de dibujos y croquis, ayuda a describir e interpretar el paisaje puesto que obliga al observador a fijarse en los detalles para trasladarlos al papel. En su confección se trazan las líneas maestras y se concretan detalles de los elementos dominantes.
f) Otro buen auxiliar es la preparación y posterior cumplimentación de fichas de registro.
g) También tiene cabida en esta fase el uso del mapa y la realización de mediciones.
Para algunos autores la observación termina con la descripción. Pero limitar la observación a esta primera fase descriptiva supone no encontrar pleno sentido a la observación, además de que si a la descripción no le siguen la interpretación y el análisis, se dificulta la posibilidad de contrastar y mejorar la fiabilidad de las observaciones realizadas.
C) Descubrir las interacciones existentes entre los distintos elementos.
Los distintos elementos de un paisaje no son componentes aislados sino que se estructuran en una compleja red de relaciones. Hay que descubrir las interacciones existentes entre los diversos elementos, lo cual exige:
a) Descubrir los elementos estructuradores del paisaje natural (relieve, red hidrográfica, formación vegetal)
b) Reconocer los cambios en el tiempo y en el espacio
D) Comparación de paisajes
Se trata de que los alumnos identifiquen los elementos comunes y los elementos distintivos en una serie de paisajes. Es una forma adecuada de introducir la noción de tipos de paisajes y de su evolución en el tiempo. A su vez, la comparación de diferentes representaciones de un mismo paisaje, permite introducir la apreciación subjetiva del paisaje.