Ángel Liceras nos ofrece una serie de consideraciones y recomendaciones como las siguientes:
- La observación descansa sobre la atención y la reflexión. Se requiere un proceso interior, cognitivo, de elaboración y aplicación de esquemas mentales.
- El desarrollo de la capacidad de observación depende primordialmente de las experiencias previas del sujeto.
- La observación orientada, para que sea efectiva, ha de partir de las construcciones preexistentes en los alumnos.
- Un buen observador debe ir abierto a la realidad, sin condicionamientos y prejuicios.
- El niño tiene una gran capacidad de observar pero se suele fijar habitualmente en lo que ya conoce.
- Ayuda a dar sentido a las observaciones si éstas se realizan dentro de un contexto.
- Ante una nueva observación conviene hacer reflexionar al alumno sobre otras cosas parecidas que haya observado previamente (analogía en la observación).
- El profesor debe tener ideas claras sobre la observación que propone a sus alumnos.
- Las actividades de clasificación estimulan la búsqueda de pequeñas diferencias.
- Las actividades de observación adquieren mayor sentido cuando están encaminadas a contestar una o varias preguntas planteadas de antemano.
Los interrogantes propuestos, evidentemente, han de estar a la altura de la capacidad de
interpretación y resolución de los alumnos a los que van dirigidos, y contemplar el
pensamiento divergente, permitiendo a veces distintas respuestas.
- La observación no es una actividad meramente contemplativa.
- La comunicación de las observaciones realizadas tiene tanta importancia como la observación en sí (oral, escrita o plástica).
- El trabajo de campo, las excursiones y las visitas son actividades que ofrecen oportunidades magníficas para la práctica de la observación directa.
- Finalmente hay que recordar que los esquemas de observación se refuerzan cuando son funcionales, es decir cuando le sirven al alumno para aplicarlos a situaciones nuevas.
El desarrollo de las habilidades para la observación y la lectura del paisaje debe seguir
un proceso de aprendizaje progresivo, y ya en los últimos cursos de la Educación
Primaria puede y debe trabajarse con los alumnos la capacidad de desarrollar
observaciones sistemáticas y analíticas a partir de las realidades concretas que estén a su
alcance.